¿Cómo comenzó todo?

Salvando Patitas Oyoba inició en 2022. En ese momento no existía un albergue como tal, pero usábamos la casa de mi abuelita, ubicada por Alonso de Alvarado, para atender a los perritos. Ella me ayudó durante seis meses. La primera perrita rescatada se llamó Tesla.

¿Cómo lograron difundir la iniciativa?

Al inicio trabajábamos solo con Facebook, luego creamos la página de Instagram. La difusión se dio principalmente por canales personales. Ya para el 2023, cuando regresé a Moyobamba, se unieron más personas, amigos y amigas, y el proyecto creció.

¿Cuántos perritos cuidaban al comienzo?

En la casa de mi abuelita llegamos a tener 14 perritos. Con esfuerzo logramos darlos en adopción, aunque también hubo casos fallidos, incluso algunos perritos murieron atropellados.

¿Cómo se financiaban en esa primera etapa?

A pesar de que yo seguía trabajando, dedicaba los fines de semana a esta labor. Se fue sumando más gente y formamos una audiencia más amplia. En ese momento nos costeábamos con apoyo de amigos; cuando no había, poníamos de nuestro bolsillo.

¿Qué actividades hicieron para recaudar fondos?

Organizamos nuestra primera feria, la Munay Feria, en la que recaudamos alrededor de 700 soles. Con ese dinero compramos alimento y esterilizamos a dos perritas.

¿Por qué cambiaron el nombre a Animal Lovers?

Propusimos el cambio y lo adoptamos oficialmente. Salvando Patitas quedó como eslogan.

¿Qué dificultades han enfrentado?

Por temas de construcción y mudanzas tuvimos que trasladarnos a Moyobamba a la casa de una amiga. En el camino perdimos perritos y enfrentamos casos de adopciones fallidas. También nos encontramos con situaciones dolorosas: matanzas masivas de perritos, en una ocasión murieron ocho y en otra tres. Incluso sospechamos que alguien colocó agujas dentro de la carne para envenenarlos.

¿Cómo se respalda legalmente el trabajo que hacen?

En casos de incumplimiento de adopción, retiramos al animal. Nos respaldamos en la Ley 30047, Ley de Bienestar Animal, que nos da un marco legal para defendernos.

¿Cómo financian la esterilización?

Una esterilización cuesta 250 soles. Los veterinarios no lo hacen gratis, pero algunos ofrecen precios sociales de 90 a 120 soles.

¿Quieren formalizarse como asociación?

Sí. De esa manera podríamos acudir a la Municipalidad y pedir apoyo institucional.

¿Cuántas personas forman parte del equipo actualmente?

Estoy yo como fundadora y representante. Tenemos una tesorera, una secretaria, un gestor de proyectos y una persona encargada de publicidad.

¿Cómo logran que los voluntarios permanezcan en el proyecto?

Conversamos mucho, identificamos en qué es bueno cada uno y nos complementamos para hacer fuerza. También compartimos jornadas de limpieza.

¿Van todos los días al albergue?
No. Solo la secretaria y yo, para darles comida y agua.

¿Cómo manejas cuando alguien se retira del grupo?

Siempre respetamos las decisiones. Procuramos quedar en buenos términos, porque más allá del proyecto, esto es un acto solidario.

¿Qué otras actividades hacen para financiarse?

Además de la feria, organizamos el Perrutón y actividades como parrilladas. También hicimos un ecotruque: llevamos plantas donadas por la municipalidad, la gente colaboraba voluntariamente y se llevaba una plantita.

¿Cuentan con padrinos o aportantes fijos?

Tenemos un grupo de WhatsApp con alrededor de 90 personas que apoyan de manera mensual con 10 soles.

¿Qué tipo de apoyo recurrente necesitan?

Principalmente comida: dos bolsas y media al mes, que son entre 50 y 60 kilos, equivalentes a unos 400 soles. También dinero para tratamientos y medicinas; este mes, por ejemplo, gastamos 300 soles solo en tratamientos.

¿Dónde queda el albergue actualmente?

Por el colegio Adventista.

¿Cómo manejas la parte emocional de este trabajo?

Todos los días hay al menos un caso reportado: perritos en estado de desnutrición, abandono, atropellos, gatos heridos o incluso venta ilegal de animales como loros. No siempre podemos intervenir, pero sí funcionamos como filtro y derivamos. A veces toca decir que no, porque no podemos juntar a todos los perritos y existe el riesgo de plagas.

¿Qué es lo mínimo que las personas pueden hacer para ayudar?

Compartir los flyers. Eso no cuesta nada y permite que más gente nos conozca y apoye. También se puede colaborar de manera perenne, o sumarse a actividades como el Perrutón, que busca solidarizarse con los perritos rescatados.